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Lecciones de emprendimiento: Sin capital pero con creatividad

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Tener una empresa o crear un negocio no es cosa sencilla. Tampoco ocurre como por arte de magia. Raquel es una emprendedora que, a través de su historia de vida, marca unas pautas dignas de cualquier conferencista internacional especializado en negocios exitosos. A continuación, conoceremos cómo Raquel Gómez logró, separada y con tres hijos, consolidar su negocio familiar en una ciudad que no conocía, con un producto que no estaba posicionado.

 

Reinventarse

El primer paso que tuvo que dar Raquel al llegar a esta ciudad en el año 1992, al dejar atrás a su pueblo natal; Aguachica (Cesár) a raíz de su decisión de alejarse para construir una mejor calidad de vida al lado de sus hijos, fue aceptar que los productos que solía comercializar (lencería para baños, cocinas y mesas) no tenían salida en ese momento en Santa Marta, por lo tanto, de acuerdo a las circunstancias que se iban presentando, Raquel iba cambiando su concepto. Comenzó por arreglarle el vestuario a un coreógrafo que tenía contratos con los grandes hoteles de Santa Marta fue en ese momento cuando debió sortear una serie de obstáculos que logró superar gracias a su tenacidad:

Atreverse

Le aconseja el coreógrafo, Ize Díaz Viloria, después de varios años de relación laboral y de haber forjado una gran amistad con Raquel: “Aquí no hay quien alquile vestuario, ¿por qué no haces ropa para alquilar?”.  A esta idea Raquel decide hacerle un sondeo entre sus vecinos y allegados, la respuesta de todos al sondeo fue “te irás a morir de hambre”.

Raquel recuerda de manera intacta las palabras de Ize, 7 meses antes de su muerte, cuando en un momento de dificultades económicas él le dijo: “Yo te voy a dar la caña de pescar, te voy a regalar el balde, pero la que vas a pescar eres tú” y entonces le brinda una idea de negocio que cambió el futuro de esta creativa mujer “ponte a hacer disfraces que eso va a ser el ‘boom’ en Santa Marta” le predestinó su amigo.

Empezar

Sin una fuente de ingresos y muchas responsabilidades, Raquel decidió tomar el consejo de su amigo recién fallecido, montar su propia casa de alquiler de disfraces. Comenzó por cambiar su ubicación de residencia, del Mercado a Manzanares, con ayuda de su hija tomó la decisión de iniciar aun cuando no tenían ni un solo disfraz y tampoco era época de Halloween.

Un mes de enero del año 2000, Raquel “abre” su tienda. No tenía un local ni un diseño hecho que mostrar, pero con creatividad pudo salir del aprieto. Su hija la entusiasmó: “podemos hacerlo porque tenemos la línea telefónica y ya en esta semana salen las páginas amarillas, lo que cuesta se puede pagar en cuotas y así no te queda muy pesado, si no funciona lo podemos cancelar el año siguiente”. Ese fue el inicio de todo, la gente efectivamente empezó a llamar, comenta con firmeza Raquel.

Nunca decir que no

Con el inventario en ceros y la motivación por los cielos, la táctica de Raquel fue nunca decirle que no a un cliente. Cuando la gente llamaba y preguntaba, por ejemplo, por un disfraz de gallina en la talla 10. En la naciente casa de disfraces respondían diciendo que solo la tenían en la talla 3 y que, si les daban unos días, podrían hacerlo en la talla 10 que estaban necesitando. Esa fue la estrategia que, poco a poco, fue llenando de disfraces la tienda y al mismo tiempo complacía a los clientes, quienes fueron recomendando por el ‘boca a boca’ el sitio de disfraces a toda la ciudad “yo no tenía dinero para colocar anuncios en el periódico ni en la radio, eso fue de ‘voz a voz’” recuerda ella.

Un día a la vez

Para Raquel una de sus mayores satisfacciones fue nunca haber tenido que pedir dinero prestado para iniciar su negocio. Durante un año prestó 4 máquinas de coser, porque no tenía las suficientes; consiguió tela y logró obtener mercancía en consignación. De esa manera le fue dando forma a lo que hoy en día es “Disfraces Raquel” una tradicional y reconocida casa de vestuario de alquiler que se especializa en disfraces.

 “Si en verdad quieres montar un negocio. Nunca pienses en el dinero. Ni pienses en el mañana. Cuando tu empiezas a pensar qué podría pasar a futuro, te estás adelantando. Yo pienso en el día de hoy y cómo vivirlo y cómo solucionarlo hoy, porque ya mañana trae sus propios problemas y afanes, es decir, hay que vivir un día a la vez. Y si asumes la posición de que hay que conseguir ciertos millones para montar el negocio, para poder poner esto y aquello, es un hecho que se te va a ir todo el tiempo y el dinero ahí y nunca vas a empezar. Pero si tu coges y empiezas poco a poco. El negocio mismo te va dando” manifestó.

Y el reconocimiento llegará

Según esta emprendedora, el reconocimiento de los clientes es de notar, expresa que las personas que la conocen suelen decirle “¡Oye, pero tu sí eres famosa!” a lo que ella suele responder “¿Verdad, yo soy así tan famosa? el negocio sí, yo no.” Sin embargo, comenta que en las raras ocasiones en las que se encuentra en el mostrador (donde llegan y se atienden a los clientes) se ha dado cuenta que a todo el mundo le dicen Raquel. Dos extorsiones ocasionaron que, siendo tan reconocida, Raquel decidiera no volverse tan popular. Fue una decisión propia. “Yo les digo a mis empleados: no digan quién es Raquel”, con firmeza explica que lo suyo es la creatividad, crear obras con calidad desde el taller de costuras, donde no se ve afectada su privacidad y tranquilidad.

Creatividad

A diferencia de lo que popularmente se cree, el mercado principal de su negocio de disfraces no es Halloween ni carnavales, aunque estos sí representen 2 grandes picos de productividad en el transcurso del año, es el calendario escolar el que manda la parada. Por lo tanto, las temáticas que suele manejar son muy variadas, éstas dependen de la época del año, por ejemplo, en Semana Santa se mueve mucho la temática de la pasión de Cristo; abril, en el mes del idioma se trabaja con los escritores y sus obras; con la clausura de los colegios, los temas folclóricos, cuentos infantiles y shows de navidad.

Esta mezcla de temas, personajes y conceptos hacen que la imaginación de Raquel vuele “Dios me dio esa imaginación, ese don, entonces puedo resolver todas las locuras que se inventan en los colegios” explica que hay que tener creatividad para solucionar problemas cotidianos, en su caso es frecuente que tenga que materializar conceptos que no se pueden ver, ni tocar o fácilmente representar, pero que se pueden simbolizar, como el aire, el hielo, el amor, una gota. Y explica “yo no soy zapatera, pero yo hago zapatos; yo no soy sastre, pero yo hago ropa de hombre” como una forma de expresar que es necesario arriesgarse, experimentar cosas nuevas y que no están dentro de la zona de confort para realizar cosas sorprendentes.

Vivir aprendiendo

“Todos los días se aprende algo nuevo o una forma de hacer algo diferente” es la frase que resume el espíritu con el que vive el día a día esta mujer generadora de empleo -en temporadas altas suele contratar de 10 a 12 personas- que piensa que es indispensable leer y conocer de cultura general si uno desea lograr algo en la vida. Menciona que ha habido ocasiones en las que ha contratado mujeres universitarias para que manejen el servicio al cliente y en muchas ocasiones estas estudiantes no conocen de historia, geografía ni cultura. “De la época del libertador, solo conocen a Simón Bolívar y, muchas veces, ni siquiera saben quién es el” puntualizó.

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