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El Caimán Sánchez, Premio Vida y Obra, en la Gala del Deporte Olímpico Colombiano

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La Gala del Deporte Olímpico Colombiano, que se celebrará el próximo lunes, 11 de diciembre, organizada por el Comité Olímpico Colombiano y Coldeportes, entregará el Altius a la Vida y Obra, a Efraín El CaimánSánchez, una de nuestras primeras glorias del fútbol.

La distinción forma parte del nutrido grupo de 58 deportistas, escogidos por las federaciones deportivas nacionales, que recibirán el Altius 2017 a Lo Mejor de la Nuestro.

El Caimán Sánchez fue el primer colombiano que jugó en el fútbol argentino, en el Boca Juniors, en 1948, el año del comienzo del torneo profesional colombiano.

El Caimán Sánchez, oriundo de Barranquila, y por eso su apodo, apareció en el concierto nacional, en 1947, un año antes del nacimiento de la liga profesional, la Dimayor, cuando se celebró en Barranquilla un torneo nacional, por primera vez con jornadas en horas de la noche, en el estadio Municipal, hoy Romelio Martínez, llamado así como un homenaje al ex deportista de esa ciudad, muerto precisamente en ese año en un accidente aéreo a la entrada de Bogotá.

La mayoría de sus protagonistas serían después las figuras criollas de los primeros años del profesionalismo, y algunos alternaron con las estrellas venidas del sur del continente en la época de El Dorado.

Atlántico ganó el campeonato, que era selectivo para el Suramericano del año siguiente, al cual Colombia debía concurrir. El argentino Fernando Paternóster, nombrado como orientador, integró el equipo según ese nacional, con los siguientes jugadores: Porteros: Julio Chonto Gaviria, Juan Rumbo Vidal y Gabriel Ochoa Uribe, todos antioqueños. Defensas: José Santamaría y Gabriel Osorio Vargas, de Antioquia; Marriaga, de Barranquilla, y Gallito Contreras, de Cundinamarca; Alipio Ortiz, de Magdalena, y Huequito Cuadros, del Valle. Medios: Libardo Rico, Medina y Tavo Vásquez, de Antioquia; Colombiano y Guerra, del Atlántico; El Loco Arango, de Magdalena; Becerra, del Valle; y Vásquez, de Cundinamarca. Delanteros: Guillermo Soto, Hernando Echeverry, León Ortiz, Manuel Marín, Gabriel Álvarez y Emilio Milo Alzate, todos de Antioquia; Ucrós, Boris y Gómez, de Atlántico; Alpargate Ramírez, Cartago y Guty del Valle.

Pero este equipo no viajó, porque ciertas discrepancias con el técnico provocaron su renuncia. Se nombró entonces a Lino Taioli, quien convocó a Andrés Bolón Acosta, Efraín Sánchez, Gabriel Mejía, Humberto Picalúa, Jaime Chivo Gamboa, Manuel Churrunga Londoño, Édgar Mallarino, Antonio Julio de la Hoz, Carlos Vivares, Rafael Serna, Juan Quintero, Luis Estupiñán, Rigoberto Memuerde García, Apolinar Pérez, Gabino Granados, Octavio Ruiz, Luis González Rubio, Saulo Flórez, Carlos Arango, Roberto Soto, Octavio Carrillo y Efraín Vásquez.

En su participación en el Sudamericano, Colombia empató dos juegos, ante Bolivia, 2 2, y Ecuador, 0 0; y perdió los demás, con Uruguay, 2 0; Argentina, 6 0; Paraguay, 2 0; Chile, 4 1, y Perú, 5 0. El torneo fue ganado por Argentina y Colombia ocupó la última posición.

El certamen sirvió para que nuestro país tuviera el primer contacto con aquellos jugadores que, poco tiempo después, serían los actores principales de la época de El Dorado. Argentina, en el juego que le ganó a Colombia en dicha ocasión, presentó una nómina que luego sería aclamada en tierras nuestras: Julio Cozzi; Palma, Collman, Sastre, Pipo Rossi y Gutiérrez; Botá, Méndez, Di Stéfano, Fernández y Lostau.

“Se va el Caimán…”

A pesar del mediocre desempeño de Colombia, sobresalió la actuación del arquero Efraín Sánchez, quien impresionó al centro delantero titular de la selección argentina, René Pontoni, quien intercedió ante su club, San Lorenzo de Almagro, para que lo contratara, petición que fue aceptada. El colombiano vistió el uniforme de dicho equipo en 1948. Fue bautizado como “El Caimán de Boedo”, en alusión a la popular canción que ya identificaba a su ciudad natal, Barranquilla, y al barrio del club San Lorenzo, en Buenos Aires.

Esto se publicó en la revista El Gráfico, de Argentina, el día del estreno del crédito barranqullero: “Efraín Sánchez llegó a las reservas de San Lorenzo y tuvo que trabajar en forma intensa, a base de sacrificios. O se superaba, o se regresaba. Eran las alternativas… Intensos entrenamientos lo colocaron en capilla para ascender, en cualquier momento, a la primera escuadra.

“Y ese día llegó. El arquero titular de San Lorenzo se puso fuera de forma, lo que se consideraba como un pecado mortal. Mierco Blazina fue remplazado por Efraín Sánchez, quien tuvo que hacer su prueba de fuego en la cancha del club Huracán, donde estaban apiñados 35.000 espectadores, a la expectativa por ver al nuevo arquero importado de Colombia.

“Sánchez vestía los colores del San Lorenzo, club del barrio Boedo de Buenos Aires, y su debut era de categoría internacional, pues jugaban contra el Nacional de Montevideo; y ganó el San Lorenzo, 3 goles a 2. Hizo un partido consagratorio y los titulares de los diarios se alzaron pregonando una nueva estrella.

“La revista El Gráfico comentó: ‘Debutó con grandeza un nuevo arquero en los Santos de Boedo. Sus brazos, son armas; sus manos, unas tenazas. Ese arquero vino de Barranquilla. ¿Seguridad, visión, colocación, suerte? No, arquero’.

“En el año de 1949, Sánchez sentía nostalgia de su tierra y deseaba estar al lado de su progenitora, que estaba enferma.

“Era la época de El Dorado en Colombia, cuando el fútbol profesional pirateaba jugadores famosos y se pagaban grandes sumas. Se vino para Colombia y comenzó una nueva vida dentro del fútbol. Se enroló en el América de Cali, estuvo en el Medellín, y llegó a las toldas del Juventud Junior […] Pasaron los años y Sánchez ingresó a Millonarios de Bogotá como arquero. En otra época, fue titular del Atlas de México”.

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