Las autoridades aún determinan si la muerte de Edwin Rafael Herrera Pérez fue por ahogamiento o murió por picaduras de abejas africanizadas, el hecho ocurrió el jueves, cuando salió a pescar con su amigo Víctor Manuel Ortiz Pérez en la ciénaga del Rosario, entre los corregimientos de Ñanguma y Correa, en jurisdicción de Marialabaja.
Los pescadores salieron a las 10 de la mañana y a las 7 de la noche ocurrió la tragedia. Víctor contó que entraban a la ciénaga cuando vieron un nido de comejenes, en el que estaban las abejas. “Cruzamos cerca y Edwin empezó a gritarme que le diera rápido para no alborotarlas, pero no había firmeza y la canoa no avanzaba”, relató Víctor.
Las abejas empezaron a atacarlos, los dos amigos se lanzaron al agua, Víctor dijo que empezaron a nadar a la orilla, pero Edwin se devolvió a buscar un plástico para protegerse y en el intento los insectos lo habrían picado en la cabeza y el cuello.
“Me metí por los matorrales y llamaba a Edwin. Me dijo ‘ay Dios mío, me quedo sin fuerzas’, y cuando llegué a la orilla dejé de escucharlo. Llegué al corregimiento de Correa y me encontré con unos primos y les pedí ayuda”, recordó Víctor.
Varias personas fueron en auxilio de Edwin Herrera Pérez y llegaron a la ciénaga, después de varios minutos de búsqueda, encontraron su cuerpo sin vida, entre el plástico con el que intentaba protegerse del ataque de las abejas.
Su cuerpo fue sacado del agua y llevado a su casa en Rocha, donde pasó la noche. El jueves 15 de diciembre en la mañana, miembros de la Sijín realizaron la inspección técnica del cuerpo y lo llevaron a la morgue de Medicina Legal en Cartagena. Biasley Rodríguez, esposa de Herrera, es una de las más afectadas con la tragedia, no para de lamentarse.