Judiciales
Alud de tierra cayó sobre dos obreros en obra de Valledupar
Minutos de zozobra vivieron dos obreros del proyecto de la ampliación de la glorieta Los Músicos de Valledupar, al quedar atrapados en un terraplén la mañana de este martes en el sector conocido como ‘La Ceiba’.
La situación ocurrió sobre las 9:30 de la mañana, cuando uno de los trabajadores alarmó sobre el derrumbe de un montón de tierra en una de las excavaciones que hacían en la obra y mencionó que dos de ellos habían quedado atrapados.
De inmediato se llamaron a los organismos de socorro, pero la gente angustiada se mostró voluntaria para ayudar a sacar a los obreros que corrían peligro bajo la tierra.
Gracias al esfuerzo, lograron sacar al primero, identificado como Gerardo Barreto, pero seguían los nervios por la vida del otro.
Cerca de 30 minutos pasaron antes que pudieran ver al segundo, Juan Carlos Chávez, trabajador que fue rescatado y llevado junto con el otro a la clínica Erasmo de Valledupar para valorarlos.
“Dos trabajadores del SIVA quedaron atrapados en el alud de tierra. El señor Barreto fue liberado fácilmente, pero el señor Juan Carlos quedó mucho más tiempo, la cabeza le quedó tapada y se le logró descubrir en tiempo record para que no muriera por asfixia”, dijo Ariel Romero, miembro del Cuerpo de Bomberos de Valledupar.
Fue un trabajo en el que participaron Policía Nacional, Cuerpo de Bomberos, Defensa Civil y comunidad en general.
“Fue difícil porque había el riesgo de que siguiera cayendo la tierra. Pensamos que por ser tiempo de verano el terreno iba a estar más compacto, pero todavía hay inestabilidad, eso ocasionó el desprendimiento, pienso que deben ofrecer mayores garantías para las personas que bajan allí”, expresó el bombero.
Piden más seguridad
Tras el hecho, habitantes del sector cuestionaron la seguridad de los trabajadores en la obra que está a cargo del Sistema Integrado de Transporte de Valledupar, SIVA.
La construcción se hace según la Alcaldía, para mejorar en el problema de movilidad que tiene ese sector en la capital del Cesar.
“Gracias a Dios no tuvimos que lamentar algo peor, pero esto debe tomarse como una alerta, porque alguien debe estar al pendiente de estos riesgos”, dijo Carlos Ochoa, vecino del sector.
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