Opinión
Establishment de Fuerza

Por Víctor Rodríguez Fajardo
La espada de Damocles pende sobre la cabeza de los líderes y el riesgo que caiga sobre ellos se acentúa con las acciones y decisiones que toman. Este año 2019, más que nunca, la crin que sostiene la espada se puede reventar. Escoger sí va o no va y a dónde va, escoger aliados, escoger candidato a la alcaldía, escoger lista a concejo y asamblea, definirán la suerte de Fuerza Ciudadana y del proyecto que visionaron Carlos, Rafael y Elisa y su permanencia en los próximos años, son desafíos.
En sus inicios, Fuerza Ciudadana fue concebida por tres actores que hoy podrían definir la suerte del futuro en lo que refiere al espacio político del movimiento, el cual ha sido protagonista de la política local en los últimos 8 años.
Carlos Caicedo, Rafael Martínez y Elisa Villarroel fundaron este movimiento basados en los principios políticos ampliamente conocidos en el discurso pregonado por su máximo líder hacia el exterior, pero también, hacia el interior, con base en acuerdos entre sus fundadores. Sea el momento para recordar que Elisa Villarroel inscribió a Rafael Martínez como candidato a la alcaldía de Santa Marta, no por ser la gestora social del momento en el Distrito, sino en su calidad de actor estratégico del movimiento, con agenda política propia, con la capacidad de representación y unión entorno a la proyección política del movimiento.
Cuando Caicedo fue candidato, Rafael Martínez fue su gerente de campaña. Cuando Rafael fue candidato, Elisa Villarroel fue su gerente de campaña. La pregunta es obvia ¿No sería en estas elecciones 2019 el turno de Elisa?
Llega una nueva campaña, suenan nombres, se queman nombres y se olvidan de nombres, pero el movimiento Fuerza Ciudadana, con el peso y el espacio político ganado y teniendo la administración distrital como su principal activo, debe presentarse con candidato propio a las elecciones del 2019.
En Santa Marta se comenta que el movimiento se llenó de “doctores”, de “personalidades”, de “gente importante” muy lejos del discurso y actitudes mostradas en la primera campaña de Carlos a la alcaldía. Al interior del movimiento hay sectores que hablan de nepotismo en la escogencia del sucesor de Martínez, y de ser cierto esto, sería totalmente contrario a la bandera usada con éxito por Caicedo, cuando al proponer un cambio, la ciudad se sintió interpretada en cambiar los apellidos de siempre con la costumbre de heredarse el poder, por un proyecto nuevo y fresco. Caicedo cautivó el activo más importante que tiene un candidato: el voto de opinión de los samarios. El tener un discurso sobre cambiar le llevó a obtener el poder, representado en más de 70 mil votos basados en electores que urgían un cambio y votación sin maquinaria, clientelismo y mucho menos, comprados. ¡Votos de opinión!
¿Se derrumban los pilares de Fuerza Ciudadana? Vamos por partes: de sus tres fundadores, ya no vemos a Elisa como miembro activo del movimiento. ¿Será una distancia estratégica o representa una fractura interna que pone en riesgo la estabilidad del proyecto político Fuerza Ciudadana? ¿Qué valor estratégico representa Elisa? creo que Carlos lo debe tener claro. ¿Será que antagonismos personales estarán por encima de los intereses que representan un proyecto político comprometiendo su existencia? o ¿es un factor reemplazable, subsanable y el cual ya está plenamente contabilizado?
¿Se derrumba el discurso en contra de la clase política tradicional? Hoy está en la agenda la alianza con grupos políticos y caciques contra quienes se dio la base del discurso inicial de Fuerza Ciudadana. No debe pasar desapercibido que, desde la campaña a la alcaldía de Caicedo hasta el tercer año de su gobierno, se dio un viraje de 180 grados para que llegaran como nuevos aliados la clase política en otrora cuestionada y que hasta el día de hoy su permanencia ha sido estratégica para gobernar. Hay que señalar, que dejar la alcaldía en manos de una gran alianza que garantice su seguridad jurídica y a la vez y más importante, una aspiración a la gobernación puede ser estratégico para Caicedo, un ambicioso político ya de carrera que acaba de alcanzar talla nacional en el debate presidencial con la bandera de la izquierda. De ser así, se vería esta alianza como un crecimiento de Fuerza Ciudadana a otros escenarios políticos. La fuerza que no se mueve, se estanca.
¿Se derrumba la proyección de base popular de Fuerza Ciudadana? ¿Con qué criterio se escogerá a quien represente como candidato al movimiento?, ¿El del clientelismo? ¿El del nepotismo? ¿El del cacicazgo? Carlos Caicedo no puede perder su esencia, por lo menos si quiere mantener la votación de opinión que logró congregar alrededor de sus propuestas. Sea este editorial una alerta temprana antes que se diluya la fuerza del cambio por ser absorbida sin darse cuenta que el cambio fue en contra de sí mismo.
Caicedo es soberano en sus decisiones, no hay duda. Sí decide ser candidato a la alcaldía, lo será, es más, no habría debate. Sí decide no ir él sino colocar un miembro de su familia, así será y ahí sí hay debate. Sí decide hacer alianza con los grupos políticos que siempre cuestionó, así será.
Después de ocho años en el poder, no importa que tantas veces te lo digas en el espejo, ya no eres el cambio, ahora eres el establecimiento. Ahora existe la posibilidad que llegue una nueva propuesta, sin antecedentes en lo público, sin vinculación a un sector o grupo político, que venga con una hoja de vida llena de logros empresariales y académicos, con discurso fresco ofreciendo “la fuerza del cambio”, recaudando el valioso voto de opinión.
Los votos de opinión tienen la característica de no ser endosables, solo son estimulados cuando son interpretados, y en ese momento se da el fenómeno de derrotar malos gobiernos y malsanas costumbres. Ya pasó hace ocho años y puede volver a pasar. Dentro del semillero de nuevos liderazgos, hay quienes por razones de inhabilidad electoral no están disponibles para estas elecciones como es el caso de Jimena Abril, Ingris Padilla, Luis Guillermo Rubio entre otros. La escuela de formación de líderes de Fuerza Ciudadana, tiene en su haber propuestas frescas e interesantes para el debate venidero, tal es el caso de Jaime Cárdenas y Priscila Zúñiga. Sí hay de donde escoger. Recomiendo la lectura de los estatutos de Fuerza ciudadana, es interesante.
Hoy Santa Marta está a la expectativa de una agenda ambiciosa que anhelamos se materialice, son los proyectos con mira a la celebración de los 500 años de nuestra ciudad. El reto para la administración distrital es monumental. Primero, porque todas esas obras son urgentes para tener una verdadera ciudad del buen vivir. Segundo, porque las finanzas distritales estarían agotadas para los próximos 30 años. Tercero, el factor tiempo juega en contra. Cuarto, este es un año político que frena a la administración y más a la banca ante la incertidumbre de los resultados electorales. Con base en lo importante que viene para la ciudad, no tengo duda en pensar que sería beneficiosa una continuidad en la administración distrital. La campaña se debe hacer y el debate se tiene que ganar.
Dr. Carlos Caicedo Omar, estamos a seis anualidades para la gran celebración de los primeros 500 años de Santa Marta, de lo que usted decida este año, dependerá la suerte de la ciudad, del movimiento que usted cofundo y hasta definirá su presencia en la celebración. Usted visionó desde Unimag la ciudad para esta importante fecha, y podrá estar presente como actor principal o como espectador según las decisiones que tome en el presente.
P.D. ¿Cuándo se inicia la campaña por la retoma del poder? Desde el mismo día que se pierde. La clase política que usted desplazó, está al acecho.

You must be logged in to post a comment Login