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Internacional

La obsesión por el cuerpo perfecto casi le cuesta la vida a Zak Wilkinson

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La obsesión por alcanzar un cuerpo perfecto casi le arrebata la vida a Zak Wilkinson, un fisicoculturista británico de 32 años. Durante años, Wilkinson se sometió a entrenamientos extenuantes, una dieta estricta y una inversión de más de 46,000 dólares en esteroides anabólicos, todo con el objetivo de lograr una estética que consideraba ideal.

Sin embargo, esta búsqueda tuvo consecuencias devastadoras. Un día, su cuerpo colapsó y sufrió una serie de convulsiones que lo llevaron a un coma inducido. Durante siete días de incertidumbre, su vida pendió de un hilo, dejando a sus seres queridos sumidos en la angustia.

«La búsqueda del ‘cuerpo perfecto’ me llevó al borde de la muerte y me dejó secuelas permanentes», relata Wilkinson en entrevistas recientes. «Mi historia obliga a preguntarnos: ¿Qué precio estamos dispuestos a pagar por una imagen? ¿Vale la pena sacrificar la salud y la vida por la validación en redes sociales?»

Consciente del riesgo que corrió, ahora lanza un mensaje claro: «No vale la pena arriesgar tu vida por una foto en redes», afirma con la fuerza de quien ha vivido al límite. «Estuve a punto de morir por perseguir una imagen. Perdí mucho más de lo que gané, y las consecuencias las sufro a diario. Hoy tengo claro que mi salud y mi familia son lo más importante, y nada justifica tanto sufrimiento».