Santa Marta
Aguas residuales ponen en jaque la salud y dignidad en Ondas del Caribe

Habitantes denuncian que la falta de atención institucional ha convertido sus calles en focos de infección. Niños y adultos mayores conviven con aguas residuales ante el silencio de la Alcaldía y las autoridades ambientales.
Por: Alexandra Martínez.
La comunidad del barrio Ondas del Caribe, al sur de Santa Marta, volvió a alzar su voz. Esta vez, para denunciar una problemática que se ha convertido en parte de su cotidianidad: el desborde de aguas residuales. Las calles del sector, algunas recientemente pavimentadas, hoy lucen agrietadas, anegadas y con olores insoportables que afectan directamente la salud de sus habitantes.
El Callejero se la pilla primero atendió el llamado de varios residentes que, desesperados, decidieron hacer pública su situación. Según testimonios recogidos por este medio, el problema no es nuevo. De hecho, aseguran que lleva años sin solución, pero se ha agravado por trabajos de pavimentación mal ejecutados que alteraron el flujo de las aguas negras.
“No solo es el mal olor, es lo que nos provoca en la piel, en la respiración. Los niños se enferman, los viejos también. Esto es un foco de enfermedades”, explicó una residente.
El caso de Miguel Ruiz Puerta es aún más crítico. Como propietario de una casa arrendada, tuvo que intervenir personalmente para evitar que el agua residual inundara el baño de sus inquilinos. “Tuve que ponerle un tapón al sanitario. No puede ser que tengamos que vivir así por falta de gestión. No nos queda otra, no tenemos a dónde más ir”, comentó.
Estas denuncias no solo evidencian una situación de insalubridad, sino también el abandono estatal. Los vecinos reclaman que ni la Alcaldía Distrital de Santa Marta, ni la Empresa de Servicios Públicos (Essmar), ni los entes de control ambiental han hecho presencia ni emitido soluciones definitivas, a pesar de que se trata de un problema de salud pública.
Pero… ¿Cómo se puede celebrar una ciudad con 500 años de historia si en sus barrios más vulnerables no hay ni condiciones mínimas de vida?, cuestionan los habitantes, quienes sienten que vivir en la miseria se ha vuelto una obligación, no una elección.
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El problema de las aguas residuales no es nuevo en Santa Marta. Es un mal histórico que ha sido denunciado en múltiples oportunidades sin que se tomen medidas estructurales. Hoy, Ondas del Caribe es solo un ejemplo más de cómo el descuido institucional golpea con más fuerza a quienes menos tienen.
Desde este medio, hacemos un llamado urgente a las autoridades distritales, ambientales y de salud pública: no se puede seguir permitiendo que comunidades enteras vivan entre aguas putrefactas, sin servicios adecuados y sin respuestas. Santa Marta necesita orden, compromiso y soluciones reales. No es solo cuestión de denuncias: es cuestión de dignidad humana.
