El hecho ocurrió en Nakhon Ratchasima (Tailandia).
Tong Gosungnern, de dos años, se salvó de morir aplastado por una palmera de más de 9 metros.
Sus compañeros se dispersaron, el niño quedó paralizado contemplando la caída de la palmera. Resultó ileso luego de que una mujer lo tomó en brazos.
https://youtu.be/S2DMnW0BR6U
Cortesìa El Heraldo.